Es un sistema biológico formado por un
grupo de individuos de la misma especie que viven en un lugar determinado.
Los temas relacionados con el crecimiento demográfico son
altamente polémicos. Hay quienes piensan que la población debe seguir creciendo
de acuerdo con el mandato bíblico Creced y multiplicaos, mientras que
otros sostienen tesis antinatalistas, favoreciendo programas de control de
la natalidad, de planificación familiar, de la legalización del aborto,
etc. Y estas tesis se han llegado a desarrollar en países enteros. Como señala
Masseyeff:En este tema, más que en ningún otro, los optimistas (que favorecen
las tesis pro-natalistas) y los pesimistas (anti-natalistas) son
irreconciliables.
La
población del país en 1980 era de 67.4 millones de habitantes y crecía a una
tasa promedio anual de 2.5 por ciento. Para 2010 la población aumentó 60.9 por
ciento, alcanzando 108.4 millones de personas; en cambio su ritmo de
crecimiento ha disminuido considerablemente a menos de la mitad (0.77% anual).
Aunque la tasa de crecimiento ha descendido gradualmente, como se puede
observar en la gráfica 1, la población sigue creciendo en números absolutos.
Con base en las últimas previsiones de la evolución de la población
del CONAPO, se espera que a partir del año 2042 se registre un descenso de
la población mexicana.
El crecimiento demográfico ha sido siempre un proceso
continuo, con algunas interrupciones (La época de la Peste Negra, períodos de
guerra generalizada, etc.). Como resulta lógico, el lento crecimiento de la
población hasta el siglo XX se debía a que la mortalidad era muy elevada, ya
que siempre estaba presente la amenaza de los cuatro jinetes del Apocalipsis (el hambre,
la guerra, la peste y la muerte), como se cuenta en la novela de Vicente
Blasco Ibáñez.[9] Aunque
la trama de la novela se centra en el período de la primera guerra mundial,
cuando millones de personas murieron y el número de personas en el mundo
descendió durante unos años, la película de Vincente Minnelli se ambientó en la segunda guerra
mundial, cuando casi 70 millones de personas murieron principalmente en Europa
y Asia.
Pero fue en la segunda mitad del siglo XX, es decir,
después de la segunda guerra mundial, cuando el crecimiento demográfico alcanzó
unas proporciones enormes, debido al proceso conocido como control de la
mortalidad por el desarrollo de los antibióticos, los avances de la medicina,
el tratamiento de muchas enfermedades infecciosas y otros muchos desarrollos. A
este proceso de rápido crecimiento de la población se le denominó explosión
demográfica. Sin embargo, ha sido ese mismo desarrollo tecnológico lo que ha
venido a ocasionar una declinación incipiente de la natalidad aunque cada vez
mayor que se conoce como la fase de transición
demográfica, término empleado y definido por Warren S.
Thompson en 1929 y recogido en una traducción española editada por La Prensa
Médica Mexicana en 1969.[10] La
mortalidad descendió drásticamente mientras que la natalidad siguió siendo
alta. Pero como se ha visto, este proceso de transición demográfica se vio
contrarrestado en el tiempo por un descenso de la natalidad que ha vuelto a
equilibrar el proceso de crecimiento demográfico a un nivel más bajo.
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