Los
ecosistemas que conforman las zonas rurales desempeñan un importante rol en la
provisión de beneficios económicos y sociales, mediante la producción de
servicios ambientales, tales como la regulación y renovación del agua, la
protección y conservación de la biodiversidad, la belleza escénica y
recreación, la prospección y la captura o fijación de carbono.
Desde
el punto de vista económico los servicios ambientales son carnalidades
positivas generadas por actividades de producción agrícola y forestal
sustentable y/o la protección y conservación de la biodiversidad y los recursos
naturales.
La
necesidad de ampliar y hacer sostenible la provisión de servicios ambientales
ha dado lugar, en diversos países, a la búsqueda e implementación de esquemas
novedosos de conservación y gestión, los cuales integran simultáneamente
objetivos económico-productivos, ambientales y sociales. Estos esquemas
incorporan mecanismos de Pago por Servicios Ambientales como instrumentos
financieros que expresan el reconocimiento de beneficios económicos asociados
al mantenimiento y/o producción de tales servicios.
El
pago por servicios ambientales es un mecanismo de compensación económica a
través del cual los beneficiarios o usuarios del servicio retribuyen a los
proveedores o custodios del mismo. Con esos recursos el proveedor debe adoptar
prácticas de manejo dirigidas a elevar o al menos mantener la calidad del
servicio ambiental ofrecido. En algunos casos sirve para compensar el costo de
oportunidad de una actividad productiva o extractora que pondría en riesgo el
servicio en cuestión.
Por
ejemplo, en países centroamericanos se aplican en la protección de cuencas
hidrográficas como un modo de asegurar caudales constantes de agua dulce, la
conservación de especies en peligro de extinción, el aprovisionamiento
sustentable de la leña, la protección y conservación de la belleza escénica y
la utilización de recursos genéticos y bioquímicos como precursores de
medicamentos.
En
el Ministerio de Agricultura consideramos que la implementación de esquemas de
Pago por Servicios Ambientales (PSA) puede llegar a constituirse en una valiosa
estrategia que impulse y promueva un desarrollo sostenible de las zonas rurales
afectadas por problemas ambientales; aportando de manera novedosa a la
conservación de la biodiversidad y la gestión de los recursos naturales, así
como a la generación de ingresos de las familias del mundo rural.
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