viernes, 1 de mayo de 2015

6.3.4 Ordenamiento Ecológico Territorial (Zonificación Ecológica)

La zonificación es un enfoque general para la planificación de usos de la tierra.
Tradicionalmente, la zonificación se ha utilizado en el ámbito de la ciudad para guiar sus formas de desarrollo.
Por ejemplo, una ciudad designa un área en particular como una zona residencial, en el que otras formas de usos de la tierra no están permitidas.
Las ciudades comenzaron a utilizar la zonificación, cuando se dieron cuenta de la necesidad de ejercer más control sobre qué formas de desarrollo se producen en determinados lugares.
Por ejemplo, se pensó originalmente en separar las actividades residenciales, comerciales e industriales.
Planificadores de la ciudad, designan un lugar particular como residencial, para mantener una distancia lejana de un lugar que fue designada para la actividad industrial.
Esto es por supuesto una introducción básica a la zonificación, la zonificación puede resultar algo complejo, con la designación de las densidades, los tipos de actividades comerciales permitidas, los códigos de construcción, etc.
Sin embargo, el punto principal que usted debe entender acerca de la zonificación es que se trata de un proceso que se usa para guiar a los usos del suelo en un área en particular.
Cuando estamos hablando de la zonificación ecológica, estamos hablando de orientar las formas de desarrollo que pueden tener un impacto sobre el medio ambiente.
Por ejemplo, una zona boscosa que tiene una gran cantidad de especies exóticas o en peligro de extinción puede ser catalogada como una “zona protegida” para asegurarse de que no sean deforestadas.
La zonificación es una forma de regulación que puede ser importante para asegurar que la expansión geográfica humana no ponga en peligro los ecosistemas sensibles.
Una forma particularmente popular de la zonificación ecológica es “zonificación agroecológica”.
Zonificación agroecológica se refiere a la protección de las tierras agrícolas contra el desarrollo urbano o industrial.
Muchas jurisdicciones se han dado cuenta de la importancia de mantener tierras de cultivo para los fines de fomentar la seguridad alimentaria.
Ellos entienden que es más rentable para los agricultores vender sus tierras a los desarrolladores que mantenerlas como tierras de cultivo.
En consecuencia, los gobiernos tendrán áreas de tierras de cultivo como zonas agroecológicas.
En estas zonas se estipula que la función principal de la tierra dentro de esta zona debe seguir siendo fundamentalmente agrícola en su función.
Por ejemplo, en la Columbia Británica, el gobierno impuso la Tierra Agrícola de la Reserva (ALR) para proteger las tierras dentro de la provincia de los desarrolladores comerciales.
La tierra en el ALR sólo pueden ser utilizados para actividades agrícolas y puede contener sólo personas que viven en su casa.
A pesar de que la ALR ha sido criticada en los últimos años por ser demasiado restrictivas sobre el comportamiento de los agricultores, se ha mantenido como una herramienta eficaz para preservar las tierras agrícolas en la provincia.
Otra forma de zonificación está la denominada: “zonificación del área protegida.”
Estas leyes de zonificación designan áreas particulares de la tierra como áreas protegidas, ya que contienen plantas sensibles al medio ambiente y la vida silvestre.
En los Estados Unidos, el gobierno estableció un sistema de parques nacionales para designar a las áreas naturales que deben ser protegidos de desarrollo.
Estos parques constituyen un hábitat muy necesario para los diversos animales y plantas de vida, y proporciona las áreas del medio ambiente natural que son prácticamente inalteradas por la actividad humana.
Tales áreas protegidas ayudan a mantener la diversidad biológica y aseguran que grandes áreas de bosque permanezcan intactas para eliminar el CO2 de la atmósfera.
La zonificación ecológica sigue siendo una herramienta importante para prevenir las actividades humanas de forma negativa que invaden el entorno natural.

A pesar de que ha sido criticado en algunos casos, por ser demasiado “reguladores”, probablemente seguirá siendo una herramienta valiosa en la promoción del desarrollo sostenible en el futuro.  


Referencias
– Ángel Maya, A. (1995)
Desarrollo sostenible: aproximaciones conceptuales, UICN – Fundación
Natura, Quito, 142 p.
– Castello, L. (1996)
Desarrollo sostenible, terminología, conceptos y afines, mimeo.
– Martínez Alier, J. y K. Schlüpmann (1991)
La ecología y la economía, Fondo de Cultura Económica, México, 1991.
– NEBEL, BERNARD J. Y WRIGHT, RICHARD, T.
Ciencias Ambientales, Ecología y desarrollo sostenible.
Prentice Hall, 6ª edición. México,

1999.

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